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Examen

Módulo V

Intervalo mínimo en superficie tras una inmersión

Cuando buceamos, nuestros tejidos se saturan de nitrógeno. Según pasamos tiempo en superficie, dicho exceso se va eliminando lentamente. Por ello, si realizamos inmersiones consecutivas, es importante saber cuánto tiempo mínimo debemos pasar en superficie para poder volver a sumergirnos y a qué profundidad. Esto se conoce como intervalo mínimo en superficie.

Podemos hallar este tiempo de dos maneras diferentes:

  1. Utilizando las tablas específicas para ello (método en desuso).

  2. Accediendo al modo “planificador de inmersiones” de nuestro ordenador de buceo.

Si utilizamos nuestro ordenador para medirlo, debemos acceder a esta opción después de realizar una inmersión una vez estemos en superficie. Nuestro ordenador nos indicará cuál es nuestro tiempo de fondo a determinada profundidad para la siguiente inmersión teniendo en cuenta la absorción de nitrógeno anterior y el tiempo de fondo. Los intervalos de profundidad van de 3 metros en 3 metros.

Paradas de emergencia
¿Qué hacemos si nos las saltamos?

Como vimos anteriormente, las paradas de emergencia son situaciones excepcionales en el buceo recreativo que solo se darán si hemos cometido algún error al leer nuestro ordenador o si hemos tenido alguna dificultad bajo el agua que nos impidió ascender cuando correspondía.

En caso de tener que realizar una parada de emergencia, nuestro ordenador entrará en modo “descompresión” y nos indicará tanto el tiempo de parada como la profundidad a la que tenemos que realizarla o realizarlas, en caso de que sea necesario más de una parada.

Es frecuente que, en caso de tener que realizar más de una parada, el suministro de aire que tenemos no sea suficiente; en ese caso, permaneceremos a la profundidad que nos indique el ordenador el tiempo máximo posible sin llegar a agotar la botella, y posteriormente emergeremos.

En caso de habernos saltado por error una parada de emergencia, no bucearemos en las 24 horas siguientes, respiraremos oxígeno de emergencia, no realizaremos esfuerzos físicos y estaremos atentos a la aparición de síntomas de enfermedad descompresiva.

Volar después de bucear y buceo en altitud

Hemos visto que es importante que el exceso de nitrógeno absorbido esté dentro de los límites aceptables; de no ser así, el nitrógeno puede formar microburbujas y causar una enfermedad descompresiva.

El descenso brusco de presión que se produce con el aumento de altitud, por ejemplo, al volar o al subir un puerto de montaña elevado, puede causar la expansión de las burbujas de nitrógeno. Por ello, después de una inmersión es necesario tener en cuenta las siguientes consideraciones:

  • Para inmersiones únicas (no más de una inmersión por día) se recomienda un tiempo de superficie de 12 horas antes de volar.

  • Para inmersiones sucesivas (en el mismo día o durante varios días consecutivos) se recomienda un tiempo de superficie de 18 horas antes de volar.

  • Para inmersiones que requieran paradas de emergencia se recomienda un tiempo de superficie de 18 horas antes de volar.

Buceo en altitud a 300 metros sobre el nivel del mar

Los modelos descompresivos de la mayoría de las tablas y ordenadores están pensados para salidas a la superficie al nivel del mar, por lo que, en caso de bucear a una altitud superior a los 300 metros sobre el nivel del mar, es necesario aplicar protocolos especiales. Dichos procedimientos incluyen el ajuste del ordenador de buceo para buceo en altitud (en caso de disponer de él) o utilizar una tabla de inmersión adecuada para el buceo en altitud.

Narcosis, la “borrachera de las profundidades”

Todos los gases son tóxicos en determinado porcentaje o bajo determinada presión. Cuando esto sucede con el nitrógeno, el fenómeno se denomina narcosis y sus síntomas son:

  • Sensación de embriaguez.

  • Pérdida de coordinación.

  • Pérdida de agilidad mental.

  • Risa incontrolada.

  • Depresión.

  • Falso sentimiento de seguridad.

En caso de notar cualquiera de estos síntomas en nosotros mismos o en algunos de nuestros compañeros, ascenderemos levemente con el fin de aliviar la presión y, en consecuencia, la densidad del aire hasta que desaparezcan los efectos. Posteriormente, continuaremos la inmersión a dicha cota. Al adquirir tu licencia Open Water Diver podrás descender a una profundidad máxima de 18 metros. No es habitual que la narcosis aparezca a esta profundidad; sin embargo, durante el curso Advanced Open Water Diver podrás descender hasta los 30 metros de profundidad y visitar el precio “Naranjito”. Antes de la inmersión, en superficie, realizarás un simple cálculo matemático que después repetirás a dicha profundidad; calcularemos el tiempo que tardas en realizarlo en superficie y bajo el agua para poder comparar los resultados y comprobar así el efecto de la narcosis. ¿Serás capaz de hacer ambos ejercicios correctamente y en el mismo tiempo?

Uso de la brújula

La brújula nos permitirá trazar rumbos y seguirlos bajo el agua; esto será de gran ayuda ya que, bajo el agua, todo el paisaje es muy parecido y orientarse puede resultar difícil.

 

Primero, debemos conocer las diferentes partes de la brújula:

  1. Norte magnético. Nos indica el norte y será nuestro punto de referencia para fijar el rumbo.

  2. Bisel giratorio. Es una pieza giratoria que nos permitirá alinear el norte del bisel con el norte magnético y así, fijar el rumbo.

  3. Línea de fe. Esta línea nos indica la dirección a seguir que previamente habremos fijado al alinear el norte del bisel con el norte magnético.

  4. Ventana de referencia. Nos permitirá fijar un rumbo y seguirle.

Brújula.jpg
Brújula 2.jpg

Sujeción, configuración y navegar con la brújula

La brújula no es un reloj, por lo que no debemos inclinarla; si lo hacemos, el norte magnético se bloqueará. Siempre tenemos que trabajar con la brújula paralela al suelo. Para trazar el rumbo primero debemos movernos sobre nosotros mismos hasta ver en la ventana el rumbo que deseamos trazar; cuando esto ocurra, alinearemos el norte del bisel giratorio con el norte magnético y seguiremos la dirección de la línea de fe. Siempre y cuando el norte magnético esté alineado con el norte del bisel giratorio y sigamos la línea de fe, el rumbo será el correcto.

Rumbo recíproco

Entre muchas otras cosas, la brújula nos permite ir a un sitio y después volver al punto inicial; a esto se le llama rumbo recíproco. Para hallarlo, comenzaremos fijando un rumbo tal y como hemos hecho en la sección anterior; dado que la brújula tiene 360º, para hallar el rumbo reciproco solo tenemos que restar o sumar 180 al anterior y obtendremos el nuevo rumbo a seguir. Una vez obtenido, de nuevo alinearemos el norte del bisel con el norte magnético y seguiremos la línea de fe. Otra opción para saber nuestro rumbo recíproco sin tener que hacer ningún cálculo es mirar cuáles son los grados opuestos a nuestro rumbo de ida; de esta forma, ya sabremos cuál es nuestro rumbo de vuelta.

¡Ya has finalizado el Módulo V!

A continuación, podrás realizar el examen de conocimientos de este módulo. Una vez aprobado, puedes pasar al Examen Final. ¡Buena suerte!

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